PMI3/Colina Naranja
Mientras espera,
parado frente al semáforo, lee algunos nombres en un papel que deja en el
asiento de al lado. Al girar la cabeza nota que un hombre le observa desde un viejo auto, estacionado a su lado. Le
mira de reojo y deduce lo que piensa: un envidioso más que no conoce los
malabares que hace para tener un automóvil tan lujoso, ni se entera que cada día
es más difícil tratar con el gobierno, quien ha encarecido todo, incluido el
costo de los sobornos. Otro que no piensa que él también tiene una vida que
vivir, con mujer e hijos que demandan buenos trajes y algunos viajes, que si no
fuera por los ahorros, depositados en un banco de otro país, ya estaría en la
quiebra, porque los impuestos no le dan tregua. ¡Pero que va a saber!
probablemente no trabaja y si lo hace debe ser uno de esos que se pasan
haciendo huelgas para que le aumenten el salario, en eso debe ser muy
eficiente.
Cuando la luz cambia de color interrumpe su soliloquio y recuerda su
cita con el vendedor de yates, tacha algunos nombres de la lista: la empresa no
marcha como debiera y hay que reducir personal. Con la señal en verde ambos
carros avanzan y el otro conductor, que ha reconocido a uno de sus jefes,
nervioso, hunde su pie en el acelerador, va tarde al trabajo.
La Primavera de Microrrelatos Indignados pretende que el 15 de mayo de 2014 la red se llene de microrrelatos indignados que denuncien el avance de la desigualdad social, las injusticias, los abusos de poder, las humillaciones colectivas, las corrupciones impunes o la desprotección social que en los últimos tiempos estamos padeciendo.
Enlace al blog que convoca: La colina naranja
Hola, Beto.
ResponderEliminarComo las dos caras de una misma moneda.
Buena visión de la desigualdad.
Un abrazo, Beto.
Hola Towanda
EliminarFrente a un semáforo, o caminando en un paso de cebra, se cruzan diferentes preocupaciones. Gracias por pasar y comentar.
Saludos.
Pero qué grande este relato: De verdad, me ha llegado mucho, me ha encantado. Ese soliloquio estoy seguro que más de uno lo tienen. Enhorabuena, este es de los que les duelen.
ResponderEliminar.Lorenzo D. tu comentario es grande, me hace sentir que he cumplido con la encomienda de los relatos indignados. Muchas gracias.
EliminarSaludos.
Bien distintas esas dos realidades a la vez tan desiguales...
ResponderEliminarUn abrazo indignado.
Son dos realidades totalmente opuestas, con diferentes prioridades. Gracias amiga, un abrazo desde la alambrada.
EliminarSaludos.
Dos emisiones en distinta onda. Magnífico relato Beto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafa, aprecio la valoración que haces de mi relato.
EliminarSaludos.
Muy bueno Beto, muy interesante tu punto de vista. Felicidades.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias Nani, he intentado meterme en la cabeza de un CEO. Me complace que encuentre buena mi aportación.
EliminarSaludos.
Sin lugar a dudas se están viviendo realidades paralelas, mundos interconectados por un abismo. Conozco personas que no pisan la calle, solo moquetas y automóvil, y encima son los que conocen al pueblo.
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