Imagen extraída de la web
MALCRIADO
Nuestros mismos ojos se llenan
de asombro cuando el niño se niega a comer. Es un chico de buen apetito, un
poco glotón. Instintivamente les tocamos la frente, parece estar bien, no tiene
fiebre. Cruza sus brazos y frunce la cara en actitud de protesta. Intentamos
convencerle de lo sabrosa que está la comida, nos mira y dice que quiere la que
hay en nuestro cuarto, les aclaramos que en la habitación no se cocina, que
sólo sirve para dormir, pero él insiste y dice que mentimos. Ha oído a mamá,
detrás de la puerta, pedir más de algo muy rico.
EL JUICIO
Nuestros mismos ojos no se
reconocen, aunque mamá dice que son mis hermanos. Ella se la pasa comentando
que esa gente está equivocada y que nadie le quitará lo de su muchacho, que la
verán en la justicia. Vino una señora, me sacó sangre y limpió mi boca con
algodón. Ahora estoy aquí, con esas personas que quieren quedarse con lo que es
mío. Un señor, al que llaman juez, nos ordena ponernos de pie y lee en un papel
que las pruebas demuestran que pertenezco a esa familia, porque soy hijo del
jefe de mi madre.
Relatos que han participado, sin exito, en el concurso REC (Relatos en cadena) de la Cadena SER (España)
Jajaja qué bueno. Repito lo que un día te comenté, los niños tienen una lógica aplastante y si él oye cositas... pues eso. Voy a por el segundo.
ResponderEliminarCon el ADN, demostrar de quien eres es pan comido. Por lo menos el padre no es un mindundi.
Buenos despojos, Beto.
Un saludo.
Como ya habrá notado, me gusta escribir acerca de la inocencia de los niños, son personajes recurrentes en mis relatos, debido a eso, precisamente, esa “lógica aplastante” que menciona. En el segundo, aunque el padre no es un “mindundi”, es probable que sea un acosador laboral, quizá ella tuvo que ceder a sus requiebros. Lo he dejado abierto para que haya diferentes interpretaciones. Gracias Rosy, me alegra que los encuentre buenos, lastima que no sea parte del jurado, jajaja.
EliminarSaludos.
Me gustan los dos Beto, pero esta vez sí me inclino por uno, en este caso el primero (debe ser que tengo la mente sucia). Me gusta como lo has girado todo para regalarnos ese punto de vista de los niños sobre todas las cosas (además con un toque canalla). Esta semana te ha cundido :). Suerte para la siguiente.
ResponderEliminarGracias Juan Antonio por pasarte una vez más por aquí, esta semana me he desbocado un poco, he tratado de hacer énfasis en la inocencia infantil. No quería que el primer relato se convirtiera en un chiste, sino que tuviera algo de picardía. Me complace que te gusten.
EliminarSaludos.
Yo también creo tener algo la mente sucia siempre y así lo entendí jeje. Y el siguiente es muy bueno y quizá no hubiese hecho falta ir al juez son los mismo ojos azules del portero jjj
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también creo tener algo la mente sucia siempre y así lo entendí jeje. Y el siguiente es muy bueno y quizá no hubiese hecho falta ir al juez son los mismo ojos azules del portero jjj
ResponderEliminarUn abrazo
Todos tenemos algo de mente sucia, y que bueno porque si no, fuéramos aburridos. Acerca del segundo, probablemente esa fue la alegación del jefe: que el niño era hijo del portero. Gracias Yolanda, por leer y comentar.
EliminarSaludos.
Muy buenos finales para ambos. El primero me ha gustado mucho sin desmerecer el segundo. Enhorabuena Beto. Suerte para la semana que viene.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Muchas gracias Nani, me alegra que le gusten esos finales. El tema para la semana que viene me está resultando difícil de abordarlo, espero que se me ocurra algo.
EliminarSaludos.
Hola, Beto.
ResponderEliminarA ese malcriado habrá que ponerle alguna cerradura en la puerta o silenciar la habitación. Muy bien encajada la frase.
Y el segundo a mí me ha ganado por esa madre coraje...
Felicidades, que ambos son estupendos.
Unos besos.
Si, coincido, a ese chicho hay que prohibirle escuchar detrás de la puerta, o pedirle a la madre que sea menos efusiva. En el segundo hay una madre que está dispuesta a llegar a las últimas consecuencias por los derechos de su hijo. Gracias Towanda, por sus motivadores comentarios.
EliminarSaludos.
Esos padres que no se dan cuenta que alguien les oye, o que hacen más ruido de la cuenta.
ResponderEliminarSaludos Beto.
Jaja claro quién quiere papillas cuando tienen... una herencia del jefe de la empresa. Muy buenos, Beto. A ver si tienes más suerte la próxima semana. Un abrazo.
ResponderEliminarMe han gustado mucho los dos Beto, pero mi mente también debe estar como las de mis compis y me quedo con el primero, me ha sacado una sonrisa y ese giro me ha hecho mucha gracia. El segundo me gusta también, pocas palabras para toda una valentía.
ResponderEliminarSuerte la próxima!
;)
Dos intentonas muy ajustadas y parecidas en su viaje narrativo, fidelidad o no, sexo con puerta cerrada, niños protagonistas y a leer.habrá que seguir intentándolo sobre todo porque salen cosas muy muy buenas.
ResponderEliminarabrazos
Muchas Gracias amigos: jaal, Lorenzo, Pulga y Montesinos, perdón por no haber contestado antes, hace algunos dias que no revisaba el blog.
ResponderEliminarMontesinos, quizá ya has notado que en mis relatos utilizo con frecuencia a los niños como personajes, me gusta trabajar en torno a su inocencia.
Saludos.