Imagen extraída de la web
MALCRIADO
Nuestros mismos ojos se llenan
de asombro cuando el niño se niega a comer. Es un chico de buen apetito, un
poco glotón. Instintivamente les tocamos la frente, parece estar bien, no tiene
fiebre. Cruza sus brazos y frunce la cara en actitud de protesta. Intentamos
convencerle de lo sabrosa que está la comida, nos mira y dice que quiere la que
hay en nuestro cuarto, les aclaramos que en la habitación no se cocina, que
sólo sirve para dormir, pero él insiste y dice que mentimos. Ha oído a mamá,
detrás de la puerta, pedir más de algo muy rico.
EL JUICIO
Nuestros mismos ojos no se
reconocen, aunque mamá dice que son mis hermanos. Ella se la pasa comentando
que esa gente está equivocada y que nadie le quitará lo de su muchacho, que la
verán en la justicia. Vino una señora, me sacó sangre y limpió mi boca con
algodón. Ahora estoy aquí, con esas personas que quieren quedarse con lo que es
mío. Un señor, al que llaman juez, nos ordena ponernos de pie y lee en un papel
que las pruebas demuestran que pertenezco a esa familia, porque soy hijo del
jefe de mi madre.
Relatos que han participado, sin exito, en el concurso REC (Relatos en cadena) de la
Cadena SER (España)