Imagen extraída de la web
Mientras
la impía lluvia borraba la rayuela que alguien había dejado marcada en la
acera, la calle se convierte en el lugar donde los niños juegan a ser marineros
que naufragan en los charcos. El cielo se derrama, y pequeñas gotas de agua se
adhieren al cristal de la ventana, por la que un hombre observa correr a los
pequeños. Se sirve un whiskey y sonríe, recuerda cómo se divertía con sus
barcos de papel, pero, en esa habitación, solo puede imaginar ser el farero,
que ha sido seducido por el canto de la sirena que le pide volver a la cama.
Participación en la semana #24 del REC
Me parece que a alguien lo retienen por algún motivo, locura tal vez. Me gusta cómo has dejado abierta la puerta de la habitación de ese hombre que añora su infancia y libertad anteriores. Un saludo, Beto.
ResponderEliminarHola Lorenzo gracias por tu amable comentario. He querido conducir este micro un poco hacia las añoranzas y/o nostalgia, cuando vemos jugar a los niños siempre nos acordamos de nuestra infancia. Me gusta la interpretación que haces de la historia.
EliminarSaludos.
Yo veo una persona atrapada en su vida adulta añorando tiempos de la infancia. Me gusta como lo has ido rodeando todo y por supuesto todas esas metáforas tan bonitas que tan bien manejas. Suerte para la próxima :)
ResponderEliminarGracias Juan Antonio, ¡campeón! Pues eso precisamente es lo que quiero contar en este relato. Me alegra que te guste, bonitas tus palabras.
EliminarSaludos.
Es muy bonito tu micro Beto. Está cargado de poesía y me ha gustado mucho. Felicidades y suerte para la próxima.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Muchas gracias Nani, esta semana opté por una historia sencilla, creo que todos alguna vez hemos sentido añoranza de nuestra infancia. Valoro su comentario.
EliminarSaludos.
Todo ha girado en torno a la lluvia y es que puede hasta crear magia.
ResponderEliminarUn beso.
Así es María, en la lluvia y los niños hay algo de magia. Gracias por venir y comentar.
EliminarSaludos.
Hola, Beto.
ResponderEliminarEs un micro que deja abierta las puertas a la imaginación del lector. Me gusta el entorno de lluvia y ese juego entre el farero y el sonido de la sirena.
Muy bonito, amigo.
Un abrazo.
Hola Towanda.
EliminarCon la lluvia afloran diversas sensaciones y recuerdos, puede invitar a los juegos en la calle o en una habitación. Me agrada que lo encuentre bonito, muchas gracias.
Saludos.
Espléndido contraste entre la añoranza de la infancia y la llamada de la sirena, whisky y faro por medio. Muy evocador.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando termina la infancia nos envolvemos en otros juegos, también placenteros. Debemos disfrutar cada etapa que nos da la vida. Gracias Rafa, por la lectura y tu amable comentario.
EliminarSaludos.
La historia se repite, aunque lo raro es encontrar a niños que jueguen a lo que jugábamos nosotros de pequeños. Que bonito y evocador lo que nos cuentas.
ResponderEliminarUn saludo Beto.
Es cierto Rosy, Los niños ya no construyen barcos de papel y no es recomendable jugar bajo la lluvia, por la contaminacio'n. Gracias amiga, por comentat.
EliminarSaludos.
Hola, amigo, de tu micro quiero destacar la altísima calidad de tus frases. Todos añoramos nuestra infancia y especialmente los juegos y aunque somos adultos siempre queda la parte de niño que fuimos. Un abrazo, Sotirios.
ResponderEliminarHola Sotirios, gracias por tus amables palabras. Me solidarizo con tu comentario, Recibe mis saludos.
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